"Salarios de sangre"

En estos tiempos que nos ha tocado vivir (aunque casi nunca tiempos pasados fueron mejores) de crisis y paro, sin la más tenue luz, a corto plazo, que nos anuncie la salida del negro túnel, se magnifican los conflictos con apasionados enfrentamientos de una sociedad que parecía aletargada tras los televisores plagados de chistosos a "gogo" incapaces, a pesar de sus esfuerzos, de arrancarnos una balsámica sonrisa.

No hay nada más complejo y contradictorio que el ser humano. Ya casi nada nos conmueve, ni el hambre asesina de millones de seres que nacen y mueren, con el riptus de la muerte reflejada en sus semblantes, sin más "culpa" que haber nacido en las zonas reprimidas. No nos conmueve tampoco las muertes violentas en las múltiples guerras estúpidas de castas y religiones, dirigidas por los santones en retaguardia bunquerizada.

Estamos vacíos... El nuevo orden de burócratas capitalistas se encargó conscientemente de eliminarla y así tener una inmensa legión de gente aborregada, mendigando las migajas sobrantes del cotidiano banquete de los poderosos.

Hoy todo se compra y se vende, la honradez está proscrita, la honestidad, solidaridad y otro valor que dignifique al ser humano, no son bienes cotizables en la bolsa fluctuante. Se da por hecho puntual que la información debe estar supeditada a quien le aporte beneficios, sobre todo en las ciudades de provincias. Las noticias están tan adulteradas que poco más que las esquelas describen la realidad de los sucesos.

Sí, tenemos ejemplos de lo que puede pasar cuando un profesional se atreve a enfrentarse en sus crónicas a los "barandas" envueltos con el aura celestial de la única verdad. Sí, Soledad Soler, (Onda Cero), tu nombre es premonitorio, solo tu orinaste sangre por descubrir los hechos de Guixar (Vigo), contra la cómoda corriente de tus insolidarios colegas y paisanos, Solo tu Soledad, puedes decir, que en Vigo, que tu salario es de sangre entre el amplio colectivo de tu misma profesión. Pero no, no culpes a los que te agredieron. Ya, ya se, que te das cuenta que cumplen ordenes, que pagan su tributo por su salario regado con mucha más sangre que la tuya, arrancada con la impotente impunidad de la sorpresa por seres fanatizados, empeñados en crear un país con orejeras y una insoportable carga de inválidos y muertos.

No Soledad, Guixar u otro conflicto en cualquier barrio, no vale un solo muerto o mutilado. No dejes que la ira se refleje en tus crónicas futuras. Hagamos de la paz nuestra única bandera. Los mártires Soledad, lo sabes bien, se olvidan fácilmente .

Hagamos pues la oposición pacifica aunque se pierda la batalla, y el futuro pondrá las cosas en su sitio, sin tener sobre la mesa el cuerpo inerte de una joven vida.

Deseemos firmemente que tu sangre y los dedos destrozados de un muchacho frenen por fin un conflicto sin salida.

Un Saludo

Vigo, 16 de Enero de 1995

(Carta al director publicada en varios medios)